Desgraciadamente, la actual pandemia se ha llevado a muchos de nuestros mayores. Las residencias de la tercera edad han quedado devastadas y muchas personas lloran ahora la pérdida de sus abuelos y abuelas. Hoy, día 26 de julio, en el día mundial de los abuelos, queremos rendirles un homenaje a través de este artículo, para que aquellos mayores que siguen entre nosotros reciban un trato comprensivo y digno.

Para empezar, al igual que a ellos se les olvida que en algún momento fueron jóvenes, a nosotros se nos olvida que, si todo va bien, nosotros también seremos tan mayores como ellos lo son ahora y en ese momento, desearemos que nos traten con cariño y paciencia.

Por ello, a la hora de plantearnos cómo ha ser la comunicación con ellos, el primer paso debe consistir en hacer un esfuerzo por empatizar y ponernos en su lugar. La ley de la vida hace que no sea nada fácil llegar a viejo. Hacerse mayor supone estar en un duelo constante por la pérdida de cosas, entre ellas, la pérdida de capacidades físicas como el movimiento o de capacidades perceptivas como vista u oído, pero también la pérdida de aquellas personas que han sido queridas y significativas. Cuantas más personas y capacidades pierdes, más fuera de lugar te sientes, todo te es más ajeno y cada vez hay más actividades que no puedes realizar. Esto tiene como consecuencia la pérdida más dolorosa dentro de esta etapa, la pérdida de autonomía. Pasar de ser autónomo a depender de otros y sentirse como una carga (aunque no lo sean) es algo que ha ocurrido siempre en las edades avanzadas, y que la experiencia nos dice que siempre ocurrirá. Como decía San Juan: 

En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras.

 

Nadie nos enseña a llegar a viejos y en muchas ocasiones, los ancianos, incluso aquellos que no tienen deterioro cognitivo, pueden tener actitudes exasperantes: pueden resultar demandantes, egoístas, impacientes… ¿Por qué esto es así? Muchas veces oímos decir que “los mayores son como niños” y aunque esta afirmación en muchas ocasiones es desafortunada, hay una cualidad que si suelen compartir, el egocentrismo. Los niños, hasta los 3-4 años, tienen la dificultad de situarse en una perspectiva diferente a la suya porque neurológicamente no están todavía preparados para ello, sin embargo, a los mayores les cuesta por otro motivo, y es que cuando uno sufre, le cuesta ver el sufrimiento de los demás. Si un anciano tiene dolores muy frecuentes o constantes le costará ver que a su cuidador le pueda doler la espalda, si sienten que llevan todo el día esperando (porque no pueden hacer otra cosa), no verán que se comportan de forma impaciente cuando piden que se les de algo inmediatamente.

Es por esto, que el trato con las personas mayores requiere que nos armemos de paciencia, pues son personas sometidas en su día a día a mucha frustración. Sii a este factor le sumamos el posible deterior cognitivo el trato y la comunicación se hace cada vez más complicado y el mero hecho empatizar con ellos y ponernos en su lugar no es suficiente sino hemos de conocer el tipo de deterioro cognitivo que tienen y cómo der afrontarlo desde le punto de vista comunicativo. Queremos proponer aquí una serie de recomendaciones tanto generales como específicas en función del tipo de alteración cognitiva, que puedan ser de ayuda a la hora de tratar y comunicarnos con este tipo de personas:

Recomendaciones generales para mantener una comunicación eficaz con personas mayores

Recomendaciones relacionadas con el tipo de deterioro cognitivo

Ante las dificultades relacionadas con el vocabulario, como por ejemplo la incapacidad de encontrar en su cabeza la palabra a la que se refieren (anomias), si se refiere a objetos concretos es bueno pedirle que los señale Sin embargo si el objeto no está presente hemos de adecuar nuestro comportamiento a dos tipos de circunstancias. Si la persona tiene un tiempo de respuesta elevado, pero muestra capacidad para decir lo que quiere, se recomienda esperar. Por lo contrario, si la persona presenta dificultades severas de expresión le facilitaremos la palabra.

Ante la falta de sentido dentro del discurso. Cuando usen palabras de forma inconexa sin construir una frase y les cueste hacerse entender, debemos completársela nosotros y repetírsela para que ellos vean que les hemos comprendido. Debemos evitar corregir sistemáticamente, pero si repetir la información que no nos queda clara

Como muchas veces hablar se les hará difícil, podemos propiciar conversaciones en las que le sea fácil construir un discurso, pues son temas conocidos para ellos. Por ejemplo, hablar sobre la propia biografía suele ser cómodo para ellos.

Cuando les cueste encontrar un tono de voz adecuado lo mejor es modular nuestro tono de voz al volumen que nos gustaría que esa persona utilizase o solicitarle explícitamente que suba o baje la voz.

A hablar con personas mayores es muy importante mantener presente el uso de sentido del humor. Éste pone de manifiesto que no todo en la vida son desgracias, nos saca de la rutina y nos ayuda a tomar perspectiva en las situaciones difíciles. Sin embargo, pese a ser una valiosísima herramienta no funciona con todas las personas y hay gente cuyo deterioro no le permite comprenderlo. Por ello, si lo utilizamos debemos cerciorarnos que nos estamos riendo CON la persona y no DE la persona, es decir, debemos ver que nos ha comprendido, y que es capaz de entender las metáforas, los dobles sentidos y los chistes.

Por último, cuando la dificultad comunicativa no se encuentra en la emisión del lenguaje, sino en su comprensión, podemos aplicar lo siguiente:

Acabamos con una canción de Juan Manuel Serrat “Llegar a viejo”, que ayuda a entender esto de lo que hemos estado hablando.

https://www.youtube.com/watch?v=d0GzbXLj-dQ

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *