Los madrugones, las clases, los nuevos compañeros, el nuevo comienzo en un nuevo ciclo… puede suponer un problema de adaptación en el niño o el adolescente cuando han estado largo tiempo de vacaciones, donde han tenido toda libertad de horarios y han estado rodeado de todo tipo de diversión y estímulos alrededor (amigos, juegos, familia, comidas diferentes…), por no hablar de la ruptura de los hábitos escolares normales. Ante estos cambios en la rutina, el menor suele mostrar resistencia a la hora de volver al colegio y comenzar de nuevo con los hábitos que ya dejaron atrás, generando sensaciones de malestar como: ansiedad, apatía e irritabilidad. La prevención es la mejor medida, para que la frecuencia, duración e intensidad de los síntomas, en algunos niños o adolescentes, no se alargue en el tiempo.
Los síntomas que a veces los más peques y adolescentes sufren se parecen en gran medida al Síndrome postvacacional que sufren los adultos, cuando vuelven de sus vacaciones cuya sintomatología más característica es:
- malestar físico: dolores de cabeza, estómago, cansancio, falta de apetito, dificultad para conciliar el sueño.
- malestar emocional: irritabilidad, ansiedad, tristeza, falta de interés, rabietas, etc.
- comportamientos de rechazo a ir al colegio, inquietud motora, aislamiento con los amigos…
- Pensamientos negativos hacia todo lo que tiene que ver con el colegio
El Síndrome postvacacional en el adulto, suele durar unos días o como mucho un par de semanas y tiene su origen en una ruptura de horarios habituales, que marcaban su rutina. En el niño supone instaurar nuevos hábitos (despertarse temprano, actividades extraescolares, comer en el colegio, deberes, nuevos compañeros) e implica cumplir una serie de responsabilidades y nuevos retos escolares, que suponen un esfuerzo por parte de la persona, por eso es conveniente tener en cuenta una serie de recomendaciones para que esa motivación a nuevos hábitos, normas sea más rápida en aquellos niños que puedan tener dificultad en la adaptación:
- Escuchar a nuestro hijo si se pone a llorar o se queja, validando la posible ansiedad, sentimientos de rabia o bajo estado de ánimo que pueda tener que pueda tener y a la vez transmitirle con firmeza y seguridad, todas las cosas positivas que tiene empezar el colegio: volver a ver a los amigos y conocer amigos nuevos, nuevos retos que tienen por delante… siempre tratando de transmitirles positividad, confianza en su propia capacidad y si le hace ilusión le podemos comprar algún material escolar para que estrene. No transmitirles ansiedad, ya que las emociones, son contagiosas y es fundamental que el adulto le transmita seguridad y positividad.
- La familiarización con el material escolar: antes de empezar el colegio, es fundamental hacerles partícipes de la adquisición de los nuevos libros y cuadernos. En niños más pequeños es bueno que vayan desarrollando la responsabilidad ayudando a los padres a forrar los libros, por ejemplo.
- Tanto si es la primera vez que comienza un nuevo ciclo, como si comienza en un nuevo colegio, es importante explicarles en qué consistirá este nuevo ciclo, presentarles o hablarles de los profesores que tendrá, la comida en el colegio y cuándo terminarán el horario escolar, para que les proporcione una sensación de seguridad, ya que amortiguará el posible estrés que supone la novedad y los cambios frente a la rutina anterior de otros ciclos u otros colegios.
- Es importante no ser demasiado exigentes con el horario de los niños. Es habitual que muchos padres apunten a sus hijos a un sinfín de actividades extraescolares, dejando poco lugar a las actividades de ocio o tiempo para su juego, que es vital para su desarrollo personal.
- Es muy importante crear un nuevo horario con él del nuevo curso, poniendo tiempos dedicados a cada cosa (siempre de manera aproximada). La planificación es muy importante para que a lo largo del día tenga momentos de ocio, donde continúe disfrutando con sus amigos, jugando, o disfrutando de aquellos momentos de placer, después de la actividad que tenga que hacer escolar, así también desarrollaremos la responsabilidad, autonomía y en definitiva buena autoestima en el niño .Las recompensas es importantes que vayan detrás de haber hecho la tarea asignada y nunca antes. Al principio en niños más pequeños, empezará asignándole pequeñas tareas, con su consecuente actividad gratificante(juego, estar con amigos,familia,ver la tv,etc)
- Plantear nuevos objetivos asequibles del nuevo curso, nuevas actividades extraescolares, que él también pueda elegir algo que le motive, un taller de manualidades, por ejemplo, o ir al baloncesto, al finalizar unos deberes.
Artículo realizado por Miriam Agudo Marín
Psicóloga General Sanitaria y formadora en Clínica Ciprea.
Especialista en infancia, adolescencia y adultos
PREGUNTAS FRECUENTES DE NUESTROS PACIENTES