Llegan las Navidades y a los padres siempre les surge la duda ¿Cuándo es el mejor momento para desvelar la realidad sobre los Reyes Magos o Papa Noel? o por el contrario ¿es mejor que se enteren por sus compañeros?
En muchas ocasiones, rechazan decirlo, por no romper esa ilusión mezcla de magia y fantasía que hace que los niños vivan en una fina línea entre la realidad y la imaginación. A ello se le suma, en muchas ocasiones el temor a que el niño crezca y prefiriendo que siga viviendo dentro de una burbuja.
En una sociedad donde muchos padres dan prioridad a la transparencia con sus hijos y deciden llevar esta idea a todos los entornos posibles ¿qué opción es mejor, debemos decirles la verdad o mantener su ilusión hasta que descubran la realidad por si mismos?
No deja de ser una decisión personal que los padres deben de elegir, no hay estudios científicos al respecto que puedan demostrar cuál es el mejor momento, y si por ende les va a repercutir en futuros problemas de su desarrollo.
Pues bien la experiencia nos viene a decir que los niños a los 4 años, tienen un pensamiento mágico, caracterizado por la fabulación, donde imagina cosas maravillosas que acontecen como si fuera verdad. El niño no distingue entre aquello que sueña en su imaginación y lo que captan realmente sus sentidos, con lo cual cree que unos señores son capaces de ir a todas las casas del mundo a dejar los regalos y que les dejarán todos los regalos que ellos deseen, además adivinan los deseos que cada niño tiene sin siquiera haberlo plasmado en una carta porque esos personajes maravillosos son capaces de leer en las mentes de todas las criaturas.
Observado desde otro punto de vista y sin tener en cuenta la edad que mencionamos, podría ser una idea delirante, pero en esta época es normal y totalmente necesario que estos hechos se produzcan para el desarrollo natural de la inteligencia.
La imaginación funciona como un motor, permanentemente activo y ayudando a madurar la inteligencia, de tal forma que que la fantasía se activa, siendo una forma de interpretar la vida a su alrededor. Esta fantasía, va desapareciendo paulatinamente hasta llegar a diferenciar claramente lo que es la realidad de aquellos otros pensamientos que su mente va creando y es pura fantasía; esta evolución suele aparecer sobre los 6-7 años. Es precisamente en este ciclo de la vida cuando comienza a predominar el pensamiento más lógico y que se forma a partir de las cosas que percibe de la realidad inmediata.
Por este motivo si nuestro hijo, viene triste porque un compañero le ha roto ese idílico pensamiento sobre los Reyes Magos o Papa Noel…
¿Creéis como padres que es mejor decírselo o mantener ese secreto para más adelante?
Miriam Agudo Marín
Psicóloga General Sanitaria y formadora en Clínica Ciprea.
Especialista en infancia, adolescencia y adultos
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