El uso de drogas volátiles, comienza a tener aceptación entre la población adolescente a principios de los años ochenta.
Son sustancias químicas de uso industrial y doméstico altamente tóxicas y con grave perjuicio para la salud del ser humano. Normalmente, son inhaladas y presentan graves consecuencias tanto físicas como psicológicas para la persona que las inhala.
Estas sustancias, se encuentran en productos de con compuestos químicos como: éter, cetonas, bencenos, acetatos, nafta, tolueno, mexano… que se encuentran en productos como colas, quita grasas, disolventes, pinturas, pegamentos, gasolina, aerosoles anestésicos…
Los efectos tienen una función perturbadora-depresógena, esto es, el metabolismo sufre alteraciones en el sistema nervioso central de forma transitoria, si bien si el consumo es continuado, puede presentar alteraciones graves y duraderas.
En cuanto a los cambios psicológicos o de comportamiento, aparece tendencia a la violencia, apatía, deterioro del juicio, beligerancia y suele producir a medio-largo plazo, un deterioro en las actividades sociales, y laborales.
Además de estas características, se producen los siguientes signos:
- mareo
- nistagmo
- incoordinación
- lenguaje farfullante
- marcha inestable
- letargia
- disminución de los reflejos
- retraso psicomotor
- temblores
- debilidad muscular generalizada
- visión borrosa o diplopía
- estupor o coma
El tratamiento recomendado para estos pacientes, es un tratamiento psicológico individual, grupal y familiar. Se recomienda también un trastorno psiquiátrico y prevención del consumo.
Redactado por el profesional y director del centro de psicología y logopedia CIPREA, Juan José Carral Hernández
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