¿Qué es la depresión?
Si bien es cierto que la mayoría de las personas llaman depresión al desánimo que sienten ante una situación dificultosa o a un estado de ánimo triste, realmente este trastorno, presente en los Trastornos del Estado de Ánimo, es mucho más complejo. Se puede definir la depresión como aquella condición en la cual se presenta un estado de ánimo que incluye la presencia de apatía (falta de energía), anhedonia (pérdida de interés), abulia (ausencia de motivación), junto con otros signos físicos y mentales evidentes: dificultades del sueño, reducción del apetito, disminución de la concentración, sentimientos de falta de valía y desesperanza.
Quienes se han deprimido saben que no hay una única cara de este trastorno. Realmente no hay una característica en particular que sea capaz de explicar el porqué de este trastorno. Si bien, algunas de las consecuencias de la depresión son más fáciles de reconocer por el paciente, incluyendo el estado de ánimo bajo y las dificultades de concentración, otras pueden ser más difíciles de captar porque sus principales efectos reducen la habilidad de aquella persona que padece el trastorno para interactuar con sus seres queridos y otros miembros de la familia.
Además del dolor emocional y la angustia sufridos por quienes padecen depresión, los estudios más recientes muestran que el nivel de daño funcional es comparable al que existe en las enfermedades médicas más graves, incluyendo el cáncer y las enfermedades coronarias. En cuanto a los costos sociales y económicos, así como la carga social debidos a la depresión, cuando evaluamos la incapacidad en términos de días en cama, muchas personas se sorprenderían al descubrir que los pacientes depresivos pasan más tiempo en cama que los pacientes con cáncer, diabetes, artritis. Solo los pacientes con enfermedades cardiacas pasan más tiempo en cama. Como puede suponerse, las consecuencias de los días en cama en la productividad laboral, es considerable. Los trabajadores que sufren depresión presentan una probabilidad cinco veces mayor de experimentar una baja laboral que sus compañeros sanos y la depresión constituye una de las causas más comunes de baja laboral prolongada entre los profesionales
Es además el trastorno donde se observa una mayor incidencia del riesgo suicida. Una de las taras más obvia es que la depresión provoca un mayor riesgo suicida. Este riesgo, se incrementa con cada nuevo episodio, existiendo un 15% más de probabilidades de que los pacientes que sufren una depresión recurrente lo suficientemente severa como para requerir hospitalización, mueran finalmente por suicido. Asimismo la depresión es raramente observa da por sí misma. El problema adicional más frecuente es la ansiedad. Por ejemplo, la probabilidad de que una persona depresiva sufra un ataque de pánico es 19 veces mayor que la de alguien no depresivo. Este incremento en las probabilidades también se detectó en el caso de la fobia simple y del trastorno obsesivo compulsivo.
Cuando se considera el número de personas que sufren depresión, las estadísticas son preocupantes. Los datos de hospitales y servicios comunitarios indican que dicho trastorno del ánimo, se encuentra entre las condiciones psiquiátricas más prevalentes en todo el mundo.
Datos epidemiológicos en seis países europeos, plantea que el 17% de la población informó haber experimentado depresión durante los seis meses anteriores al momento de acudir a los servicios de atención primaria. Si examinamos con más detalle los datos, podemos comprobar que la depresión mayor afectaba al 6,9% de la población y la depresión menor al 1,8%. El restante 8,3% de los sujetos se quejaba de experimentar síntomas depresivos, pero no consideraban que interfirieran en gran medida con su trabajo o sus relaciones sociales. En estos niveles, los médicos de familia pueden esperar atender, cada día de su práctica clínica, al menos a una persona con depresión.
El número de personas con depresión que no acuden a los servicios de salud mental, es mayor que la cantidad de las personas que sí son tratadas. Los sujetos con depresión, al igual que otros con problemas de salud mental, son reticentes a buscar tratamientos: sólo el 12% acude a un especialista por su problema .La incapacidad para solicitar ayuda, especialmente en el caso de la depresión, para la cual existe un tratamiento efectivo, se ha transformado en una importante cuestión de la sanidad pública. como respuesta a lo anterior se ha empleado la publicidad para educar al público sobre los síntomas de la y las opciones terapéuticas disponibles.
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