El duelo, es el sufrimiento que aparece ante una pérdida, ya sea por muerte, por separación, por abandono repentino… y también al esfuerzo individual y colectivo que implica superar dicha pérdida.
Todos los seres humanos, antes o después han sufrido el dolor de perder a alguien por unos u otro motivos. Si bien cada persona tiene su proceso, evolutivamente hay unos mecanismos psicológicos que nos ayudan a sobrellevarlo y a superarlo. Freud decía que dicha evolución, marcha por si sola, sin necesitar intervención terapéutica. Hoy en día sabemos que hay determinadas personas que por diversos motivos no son capaces de elaborar este duelo y se ven envueltas en situaciones donde viven «atrapadas» sin ser capaces de asumir ese cambio.
¿Porqué surge este proceso de duelo? para contestar esa pregunta, tenemos que entender que los seres humanos tendemos a establecer una serie de vínculos emocionales con otras personas. Estos vínculos emocionales, nos llevan a hiperreaccionar cuando algo los amenaza o se rompen. Siguiendo a Bowlby y su teoría del apego, situamos el comienzo de estos vínculos en edades muy tempranas de la vida, ante la respuesta de necesidad y seguridad. Tiene su comienzo en los padres, a partir de los cuales exploramos el mundo y dichas relaciones, determinan la capacidad de establecer una serie de vínculos afectivos en un futuro.
Estas pérdidas físicas, van siempre acompañadas de otras pérdidas simbólicas y que juegan un papel fundamental en el día a día de la persona. Por ejemplo, una mujer que acaba de perder a su marido con un cáncer, inevitablemente sus hábitos cotidianos son alterados, pudiendo aparecer pérdida de autonomía, sensación de vulnerabilidad, fallos en los hábitos del sueño, problemas de ansiedad, baja autoestima…
El duelo es un proceso necesario y transitorio. Durante el proceso de elaboración, la persona se adapta al cambio que implica la pérdida de esa persona querida y tiene que aceptar lo que supone tal pérdida. Estas crisis ponen a prueba la estabilidad emocional de la persona.
Manifestaciones del duelo:
- Manifestaciones físicas: pérdida de apetito y/ o de peso. Insomnio. Llanto. Sensación de debilidad, cansancio y fatiga. Sensación de vacío. Ansiedad, Pérdida de interés sexual. Dificultad para respirar.
- Manifestaciones psicológicas: tristeza. Ansiedad. Rabia. Culpa. Auto-recriminaciones. Ambivalencia. Inseguridad. Sensación de tener presente o cerca lo perdido. Fallos en la atención y concentración. Perdida de interés y apatía. Confusión. Desesperanza. Evocación permanente de situaciones vividas con lo perdido. Falta de interés por el mundo exterior. Sensación de no ser comprendido por aquellos que no han sufrido una pérdida igual.
- Manifestaciones sociales: dificultad para permanecer activo. Aislamiento. Intolerancia a participar en actividades grupales. Rechazo a los demás.
Factores que determinan la reacción y resolución del duelo:
Todos reaccionamos de manera diferente ante la pérdida de un ser querido. Existen varios factores que determinan la reacción y resolución del duelo. Dentro de estos factores podemos mencionar:
- Historias de pérdidas tempranas de personas significativas emocionalmente para la persona que padece el duelo. También en este punto es importante valorar la forma de cómo se han enfrentado las pérdidas. Muchas personas que perdieron en la temprana infancia a uno de sus padres, tienden a asumir fuertes necesidades de satisfacciones externas para sentirse protegidas, seguras y amadas.
- Enfermedad mental de tipo depresivo. Si existen previamente una serie de características propias de la depresión seguramente los procesos de duelo serán mas prolongados y difíciles.
- Naturaleza del vínculo con la persona que se perdió. Fortaleza del vinculo. Grado de dependencia y compromiso. Grado de ambivalencia. El duelo es más complicado cuando la relación con la persona que se ha perdida era en otro ambiente ambivalente.
- Momento de la vida en que ocurre la pérdida, de tal modo que su efecto será mayor si ésta ha ocurrido en etapas tempranas de la vida o en momentos donde la persona cuenta con menos recursos personales o tiene unas circunstancias de vida difíciles.
- Forma en que ocurrió. Cuando la perdida ha sido repentina o impredecible la persona tiene mayores dificultades para superar el duelo. Por el contrario se espera que quienes han tenido la posibilidad, aunque dolorosa, de prepararse para la muerte o pérdida de un ser querido tienen la oportunidad e reparar heridas previas y de despedirse.
- Características personales y sociales: sexo. Edad. Personalidad. Tendencia a la depresión inhibición o expresión de sentimientos. Situaciones socio-culturales que influyen en la expresión de dolor como religión, creencias, estatus socio-económico. Apoyo social. Aislamiento.
Fases del duelo normal:
- Fase de evitación: la persona inicialmente tiende a no reconocer la pérdida. La primera reacción es de Shock sque se acompaña con la sensación de irrealidad, de negación. Esta situación puede durar horas, días o meses.
- Confrontación: es la experiencia emocional acompañada de agudo dolor por la pérdida, con necesidad e recuperar a la persona perdida y con rabia cuando se constata que no es posible tenerla. Se puede dar una alteración (leve o aguda) de la interpretación de la realidad donde la persona empieza a creer que oye a la persona, los sonidos rutinarios de los ambientes familiares.
- La persona puede tener respuestas afectivas intensas donde siente que nunca podrá recuperarse y es probable que sienta pánico, desesperación, rabia y muchas veces las actividades y las ilusiones pierden significado y valor.
- Restablecimiento a pesar de sentir tristeza y necesidad e recuperar lo perdido y revisa y deshacer los lazos de unión, la situación ya no genera desequilibrio logrando poco a poco la estabilidad y recuperación. La mayoría de los investigadores que han trabajado el proceso de duelo, dicen que la resolución se logra cuando la persona puede volver a disfrutar e interesarse por actividades, proyectos e ilusiones. De todas formas el duelo es un proceso lento, doloroso y puede ser largo en el tiempo.
Tareas en el proceso del duelo.
Worden refiere que la persona debe afrontar al menos cuatro tareas en el proceso del duelo:
- Aceptar la realidad e la perdida. Implica aceptar la imposibilidad de estar cerca de la persona que se ha perdido. En el caso de una muerte, para realizar esta tarea ayuda la asistencia al funeral, hablar de lo que ocurrió y no evitar los recuerdos.
- Experimentar el dolor propio de la pérdida: todos experimentamos el dolor con diferente intensidad. Perder a alguna persona con quienes estábamos muy vinculados nos lleva necesariamente a sentir algún nivel de tristeza y dolor. Vivir los sentimientos que la pérdida genera tiene gran valor terapéutico.
- Adaptarse a los ambientes donde falta la persona: este proceso implica una actitud activa hacia la capacidad de seguir viviendo sin la persona que se ha perdido.
- Reinvertir la energía emocional en nuevas relaciones: la perdida de alguien a quien amamos no implica olvidarlo; sin embargo, una buena resolución del duelo perite volver a amar. Es el sufrimiento puede volverse productivo. A veces las experiencias dolorosas de otra clase estimulan la sublimación a través de actividades creativas bajo la tensión de frustraciones y pesares. Otras personas se vuelven más productivas, más capaces de apreciar a las demás personas y las cosas, más tolerantes en las relaciones con los demás.
PREGUNTAS FRECUENTES DE NUESTROS PACIENTES