La sociedad actual es una sociedad que da un altísimo valor al entretenimiento y tiene por enemigo aburrimiento, que vive y desea la cultura de la inmediatez, una sociedad que se encuentra a si misma transformada por el negocio del entretenimiento en el que las empresas compiten por ofrecer productos que capten nuestra atención, pasando de crear objetos para satisfacer nuestras necesidades a crear objetos para tener necesidad de ellos.
Es en esta cultura en la que los adolescentes de hoy en día han nacido y se han criado, en la que viven su día a día, íntimamente ligados a la tecnología. Con ella aprenden, se divierten y se relacionan, pero también se exponen a importantes peligros y riesgos.
El lado oscuro
Los peligros a los que se exponen los chicos y chicas a través de las nuevas tecnologías son fundamentalmente cuatro:
- La pérdida de la intimidad
- El ciberbullying: se refiere a la conducta de acoso y hostigamiento de un menor a otro menor en el ciberespacio, mediante insultos, vejaciones, amenazas, chantajes, etc
- El grooming: es el conjunto de estrategias desplegadas por un adulto para ganar la confianza de un menor en Internet con el fin último de obtener concesiones sexuales.
- La sextorsión es el chantaje que una persona (mayor o menor de edad) realiza a otra mediante el uso de mensajes, fotos o vídeos que la propia víctima ha generado, amenazando con su publicación, para obtener algún beneficio.
Todos estos peligros no están exentos de consecuencias psicológicas, y ya se conocen numerosos casos en que las víctimas han presentado cuadros de ansiedad, depresión, exclusión social, sentimientos de culpa, humillación, baja autoestima e incluso suicidio
Los chicos y chicas adolescentes se encuentran en una edad especialmente sensible para implicarse en este tipo de riesgos, y las razones son varias.
En primer lugar según la asociación Protégeles, actualmente, la accesibilidad a móviles, tablets, ordenadores etc. es cada vez más elevada. Es bastante fácil conseguir este tipo de dispositivos, y todo el mundo tiene uno. Además esta tecnología está diseñada para proporcionar una falsa sensación de control y de anonimato, lo que facilita las conductas como el acoso.
Se encuentran en una edad en la que el mundo se abre ante ellos, y lo hace a través de las pantallas. La experimentación y prueba de límites propia de esta edad se da a través del teléfono y los ordenadores. Los usan fundamentalmente para socializar y para jugar, pero también para explorar el mundo sexual, aprovechando la libertad que estas tecnologías llevan consigo. Si bien es cierto, que la tendencia a explorar en materia sexual no es, en absoluto, un fenómeno novedoso ni perjudicial a priori, el uso de las tecnologías e internet ha hecho que esta exploración y experimentación sexual conlleve aquellos riesgos de los que hablábamos anteriormente.
Además, todos estos peligros de las tecnologías no son percibidos por los jóvenes porque nacieron con ellas, para ellos es algo muy natural, son los llamados nativos digitales. No perciben tampoco la diferencia entre lo que es público y lo que es privado, y les cuesta integrar que lo que ocurre en el mundo virtual es tan real como lo que ocurre en el mundo real, todo lo que hacen por la web o por el móvil creen que no pertenece a sus actividades reales y de distancian fácilmente de ello. No es fácil para ellos, por tanto, anticipar qué consecuencias van a tener sus acciones del mundo virtual en el mundo real, y además sienten que nada va repercutir sobre ellos, tienen una falsa sensación de omnipotencia e invulnerabilidad.
La cara amable
Las nuevas tecnologías no solo implican peligros, sino que también aportan oportunidades que no deberíamos desaprovechar.
Los adolescentes encuentran en la nuevas tecnologías un lugar donde expresarse, comunicarse y construir su propia imagen y personalidad. El desarrollo de la propia identidad es una tarea central de esta etapa y el uso de los móviles, ordenadores y redes sociales la facilita.
Permite también, a los más tímidos, socializar con mayor facilidad, es un elemento que facilita también la integración y permite conocer a personas de todo el mundo. Por otra parte, no solo les permite estar en contacto con sus amigos, sino también con los padres.
Internet es también una fuente de conocimiento inagotable, cualquiera puede aprender a tocar la guitarra, esquilar una oveja o mejorar su inglés con tutoriales de Youtube. Abre un mundo de posibilidades también para los profesores, que pueden comunicarse de una forma más directa con sus alumnos y pueden realizar un seguimiento más individualizado,
En cualquier caso, hay que recordar que si queremos proteger a los chicos y chicas la solución nunca será prohibir la tecnología y aislarles de ella, pues de esta manera fomentaremos la mentira y además no conseguiremos protegerles. Es increíblemente fácil acceder a ella, y si se lo proponen lo conseguirán de alguna u otra manera. Tampoco resulta sano dejarles usar la tecnología pero controlarles conociendo sus contraseñas y espiando sus conversaciones, ellos, igual que todos, necesitan un espacio de intimidad para poder crecer. Lo que se debe hacer es desarrollar un clima de confianza en el que el chico o chica pueda hablar abiertamente de cómo está usando las TIC y demostrar un interés genuino por parte de los distintos educadores, ya sean padres o profesores sobre lo que está de moda, a qué juegan qué aplicaciones usan, y siempre aconsejarles y enseñarles a actuar de manera prudente.
Links de interés: información y software para proteger a nuestros hijos
- Pantallas amigas à http://www.pantallasamigas.net/
- Protégeles à http://familiaprotegida.com/protegeles-com-linea-de-ayuda/71-protegeles-linea-de-ayuda
Irene Alonso Martínez
Psicóloga General Sanitaria y formadora en Clínica Ciprea.
Especialista en infancia, adolescencia y Terapia de Familia
PREGUNTAS FRECUENTES DE NUESTROS PACIENTES