En el presente artículo desgranaremos el fenómeno de las mudanzas y sus posibles repercusiones psicológicas para poder dar una orientación que garantice la conservación de un estado emocional, y cognitivo optimo en todo el proceso.

Para empezar, debemos tener en cuenta que una mudanza es mucho más que cambiar la ubicación de las pertenencias del punto A al punto B. Uno mudanza no solo implica un estrés por gestionar todas las cuestiones prácticas circundantes (traslado de pertenencias, muebles, cambio del padrón, modificación del domicilio habitual en bancos, centros de salud y otras instituciones etc..), sino que también despierta emociones como la tristeza, el miedo, la alegría… y en ocasiones son difíciles de gestionar.

Según los estudios las mudanzas son uno de los acontecimientos vitales estresantes que con mayor probabilidad desencadenarán un importante desestabilización emocional y hay factores que contribuyen el riesgo de que esto ocurra:

Por otro lado, cuando uno se muda para independizase de la casa paterna hay un conjunto de emociones que se movilizan con mucha fuerza: ilusión, nostalgia, nervios…

Los traslados residenciales se han estudiado ampliamente como fenómeno, algunos de los estudios se centran sobre estos cambios durante edades tempranas, que a menudo implican la pérdida de amistades y vínculos diversos, pueden tener efectos a largo plazo, en concreto, En concreto, un trabajo publicado en el American Journal of Preventive Medicine , “Los Resultados Adversos vinculados al Cambio de Residencia durante la Temprana y Mediana Edad”, ha realizado un seguimiento de casi un millón y medio de personas nacidas en Dinamarca,  desde que cumplieron 15 años hasta los 40.

El efecto adverso con más probabilidad  a largo plazo en el caso de personas expuestas a una única mudanza es el abuso de sustancias (1,32%), seguido del intento de suicidio (1,21%).  En cuan6to a las personas que se han mudado dos veces en su infancia, el abuso de sustancias también es la consecuencia cuya probabilidad aumenta en mayor medida (2,08%), pero en este caso el segundo efecto con más fuerza es el de delitos violentos (1,82%).

Los problemas psiquiátricos cuya probabilidad aumenta más, son los trastornos de la personalidad (2,89%) – como personalidad antisocial o el trastorno límite de la personalidad -, la esquizofrenia (2,45%) o los trastornos de ansiedad y somatomorfos (2,19%), por ese orden.

Cuando las personas se trasladan en la etapa de la adolescencia la probabilidad de acontecimientos negativos aumenta respecto a cuando se trasladan durante su infancia. Por lo tanto, las consecuencias negativas se incrementan en función de dos variables principales: la edad y el número de mudanzas.

Este estudio contempla únicamente las reubicaciones que se producen fuera de la ciudad en la que se reside, pero los autores reconocen que los traslados dentro del propio municipio también podrían suponer un evento estresor suficiente para tener estas mismas consecuencias negativas futuras.

En esta misma  línea, otro estudio sobre los efectos negativos de las mudanzas centrado en el corto plazo, reveló que los niños de familias que suelen mudarse a menudo, sufren un impacto negativo en su desempeño escolar y en sus habilidades para hacer amigos. Los investigadores del Boston College, de la ciudad homónima en Massachusetts, Estados Unidos, descubrieron que hay un gran impacto en los resultados en los exámenes de comprensión de textos y matemáticas de los chicos que se han mudado varias veces.

Los científicos aseguraron que, los efectos negativos de las mudanzas superan a los positivos, y hay una correlación intrínseca entre estos eventos y el desarrollo saludable de las personas durante la infancia.

En conclusión, un proceso de mudanza no tiene por qué ser traumático si es considerado como un procedimiento de innovación y fortalecimiento del individuo y de su autoestima. El objetivo siempre será afrontar de manera serena ese momento y saber que se puede contar con ayuda externa, con consejos y herramientas que garantizarán un trabajo bien hecho.

 

Irene .Alonso Martínez

Psicóloga General Sanitaria en CIPREA

3 comentarios

  1. Hoy hace quatro días sin comer nada , no tengo apetito ni gana de nada por esa mudanza involuntaria en un límite corto de tiempo, no puedo dormir, voy a la cocina, enciendo la luz, las cucarachas por todos los sitios, pulverizar una y otra vez y nada, otro día de angustia, asco, desesperación y sin comer nada,parece exagerado por mi parte pero estoy en tratamiento psiquiátrico desde hace años por depresión, ansiedad y trastorno obsesivo, solo me siento bien en ambientes muy limpios para desarrollar una vida normal y poder comer, no como nunca en restaurantes, es un trastorno, lo sé pero que puedo hacer, las pastillas me ayuda solo de momento.Gracias y perdona, solo quería hablar con alguien o con mi misma lo que hay en mi cabeza, un minúsculo alivió

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